sábado, 29 de enero de 2011

Aquella mañana al levantarse de la cama, algo le decía que ese día todo iba a cambiar. Y así fue, una triste noticia la sorprendió aquel día, mientras esperaba tumbada en su cama como cada noche. A partir de ese día u vida no sería igual. No volvería a quedarse por las noches tumbada esperando esa llamada que recibía cada noche desde el otro lado del mundo, desde hacía ya cinco años. Pero aunque todo el mundo pensaba lo contrario, ella supo ser feliz, se armó de valor y aprendió a valorar lo que tenía junto a ella.

martes, 11 de enero de 2011

Historias con confianza.

Os contaré una historia que me contaron hace un tiempo:

Érase una vez una chica, no una chica cualquiera, una adolescente especial. Una adolescente que tenía una sonrisa que iluminaba hasta en la más oscura noche. La sonrisa de esa chica se fue haciendo cada vez más grande y potente, pero nadie sabía porque motivo ocurría eso. Un día ella descubrió que la culpa (en cierto modo), la tenía un apuesto joven que le robaba el sueño cada noche, que le hacía imaginar escenarios mentales en paraísos increíbles donde ambos eran los protagonistas. A partir de ese momento, los esfuerzos de esa preciosa chica se enfocaban en hacer que el se fijase en ella y que consiguiera, por lo menos, robarle una mirada dirigida a ella. Poco a poco esos esfuerzos se fueron haciendo tangibles, por fin la chica veía que tanta lucha merecía la pena. Acabó el curso escolar y comenzaron las despedidas. Ella pensaba que no volvería a verlo, pero se equivocaba; estudiarían en la misma universidad. Pero el verano no fue igual para los dos, ella en una parte de su país y él en otra. Allí, él se enamoró (podríamos decirlo así), de una manera como no lo había hecho nunca y al volver a su ciudad, la chica se enteró de lo sucedido en el verano. En ese momento se le calló el mundo encima, cada vez que daba un paso sentía un enorme peso sobre su espalda y eso se lo producía la tristeza y frustración que sentía, ya que tanto esfuerzo empleado se desvaneció en esos cortos 2 meses. Ella no sabía que su felicidad volvería a aparecer, pero sacrificando la felicidad de él. El apuesto chico había sido rechazado por aquella persona con la que pensaba que pasaría largos años de su vida, ella se dio cuenta de su tristeza y la situación cambió. Cuando él estaba triste, ella no se sentía bien, pero cuando el le mostraba su sonrisa ella era feliz y su sonrisa radiaba alegría por donde pasaba. Con el paso de los meses los dos se fueron haciendo buenos amigos, se saludaban, hablaban y se veían continuamente. Ella seguía perdidamente enamorada del apuesto chico y se refugiaba escribiendo canciones con su inseparable guitarra. El era su inspiración, su motivo para intentar rimar palabras, para conseguir una melodía perfecta. Él había conseguido olvidar a aquella chica que lo había hecho sufrir y ella seguía tejiendo el amor que sentía en su interior hasta crear una gran pieza. Pasaron meses y llegaron las Navidades, vacaciones muy esperadas por ambos. Ella se quedó en su ciudad, él viajó, se enamoró y volvió a su ciudad muy distinto, sonreía por todo, era mucho más amable y había dejado su bordería a un lado para sustituirla por humor. En ese momento ella pensó que definitivamente Dios o en quien ella creyese no le tenía pensada una vida llena de alegría, que había hecho algo malo para que le sucediera eso, pero se equivocaba enormemente. El destino le tenía planeada una vida llena de gran felicidad, rodeada de los mejores padres que podrían existir, de los amigos que mejor la podrían cuidar, de la gente que más la podrían comprender y valorar. Y por fin se dio cuenta. Reconoció que el destino no tramaba nada en su contra, que si se lo proponía podría salir adelante y conocer a una persona que de verdad le correspondiera y a la que le pudiera entregar su corazón sin temor a nada. Reconoció que lo mejor que le podía pasar, era esto, que así conseguiría una amistad con ese chico demasiado grande como para que se pudiera romper, y todo esto lo supo confiando en ella misma.


Esta historia va para todas aquellas personas a las que en la vida les pasan o les ha pasado algo que les hace perder la esperanza y la fe en los cambios, que les hace pensar que no se merecen lo que les está pasando, que sienten que no podrán salir adelante. A todas esas personas, seguid el ejemplo de esta chica y confiad en vosotros mismos. Nadie os puede ni podrá nunca decir que no os merecéis que os pasen cosas buenas en la vida, porque todo, todo el mundo se merece vivir una vida feliz, con rayos de esperanza brillando en ella cada día.

domingo, 9 de enero de 2011

Cabos sueltos.

Me caracterizo por ser una persona sincera, más que nada porque se me da de pena mentir. Por eso hoy he decidido ser más sincera todavía y contaros uno de mis peores defectos (tengo demasiados como para escribirlos todos aquí). Nunca termino nada, dejo todo a medias.
 Desde pequeña me he caracterizado por ser poco constante, por comenzar una cosa y dejarla en poco tiempo: a los 5 años les pedí a mis padres que me apuntasen a una academia de piano, estuve en tres y toqué el piano durante 6 años hasta los once. A los 11 años quise tocar la flauta travesera, me inscribieron en el conservatorio de música y me compraron una flauta travesera que valía más de lo que yo me podía imaginar en ese momento, lo dejé a los 4 años. A los 15 años empecé alemán (idioma complicado donde los haya), después de dos años y un diploma, lo dejé. Desde los 8 años hasta los 12 iba a clases de pintura, cosa que me relajaba, por cierto, pero como todo, lo acabñe dejando. Lo único en lo que he sido constante ha sido el inglés, llevo 14 años llendo a clases y aún sigo en ello, debe de ser porque me gusta tanto que esto no quiero dejarlo.
 Pero no sólo tengo problemas en cuanto a los hobbys y actividades extraescolares. Mi vida real es un continuo cese de cosas. Las conversaciones las dejo por la mitad para evitar que me digan algo que no quiero oír. Las amistades también las dejo por la mitad, o porque no me involucro lo suficiente o porque me traicionan esos supuestos amigos. Los retos, los dejo cuando veo que no soy capaz de hacerlo, cosa que me duele ya que tengo un ego enorme y un orgullo peor. Las discusiones, también las dejo por la mitad, por miedo a no tener la razón y dejar que otro lleve el mérito.
 Soy consciente de que es un defecto enorme e intento evitarlo continuamente, pero puede más que yo y me causa muchos, por no decir demasiados, problemas. Nadie confía en que sea capaz de mantener durante tiempo algo que empiezo, todos hacen apuestas de cuanto tiempo tardaré en dejarlo y eso es bastante molesto. En lo único en lo que he sido y soy constante es en los estudios, y por conseguir entrar en la universidad que quiero, más que ninguna otra cosa, aunque a la hora de estudiar me distraigo con gran facilidad, por lo que se puede considerar que tampoco soy constante estudiando.
 Se que me llevaré muchos palos a lo largo de mi vida, palos que me hagan ver que estoy dejando cosas a medias por el camino, y esos palos serán bienvenidos a mi vida, porque me ayudaran a que algún día la termine sin dejarme ningún cabo suelto por ninguna parte.

jueves, 6 de enero de 2011

"I wanted so badly to lie down next to her on the couch, to wrap my arms around her and sleep. Not fuck, like in those movies. Not even have sex. Just sleep together, in the most innocent sense of the phrase. But I lacked the courage and she had a boyfriend and I was gawky and she was gorgeous and I was hopelessly boring and she was endlessy fascinating. So I walked back to my room and collapsed on the bottom bunk, thinking that if people were rain, I was drizzle and she was hurricane."
- John Green, Looking for Alaska


Esta es, quizá, una de las mejores frases que alguna vez he leído, por eso he querido compartirla con vosotros.

miércoles, 5 de enero de 2011

Mi pesadilla particular.

Ayer he sentido la gran necesidad de dedicar una entrada de mi blog a mi gran pesadilla: 2º de Bachillerato. Como ayer estaba muy cansada voy a ello hoy.
  La mayoría de los adolescentes españoles de 17 años (a menos que sean superdotados y si eso es así lo que voy a contar no les ocurre) que aspiran a hacer una carrera universitaria tienen que hacer la ESO (educación secundaria obligatoria), el Bachillerato y la Selectividad. Yo he pasado la primera etapa y ahora me encuentro en la segunda mitad de la siguiente, es decir, en 2º de Bachillerato. Muchos os preguntaréis, ¿por qué tanto drama? Yo os diré: "no es drama, es mi realidad". Mi curso escolar 2010-2011 empezó en septiembre, en ese momento estaba contenta porque volvería a ver a mis compañeros de clase y no estaría todos los días tirada en el sofá sin hacer nada, eso fue la primera semana. Las semanas siguientes fueron a contrarreloj totalmente, exames día sí, siguiente también, trabajos rebuscados, deberes, comentarios de texto... Me encontré en que en un mes no había salido de casa ni para comprar el pan, sólo para ir al colegio y del colegio a casa. En la biblioteca, la gente que trabaja allí ya me conoce de la cantidad de horas que me paso en ese lugar metida. Y sólo llevo una evaluación.
   Todos los adolescentes que están en 1º de Bachillerato piensan que segundo es una leyenda, creerme, no lo es. Con segundo de Bachillerato aprenderéis lo que es estar bajo presión un mes y medio sin descanso, lo que es que el estrés te acompañe a todas partes y no te deje respirar, lo que es matarte a estudiar para después sacar una nota mediocre, lo que es no tener tiempo material ni para dormir porque tienes que estar estudiando y sobre todo, lo que es pensar en que no vales para nada y que todo lo que haces no valdrá para entrar en la carrera que tanto querías; lo pensarás aunque no sea verdad.
   Dicen que esto es una etapa como otra cualquiera de la vida, pero yo pienso que no. Es la etapa más importante de tu vida, dónde te juegas un futuro que te dará de comer, mantendrá a tu familia y que te hará feliz, si consigues entrar en la carrera que quieres, ¿pero y si no lo consigues? si acabas en una carrera que no te gusta porque has tenido un mal día en un examen y tu puntuación ha bajado simplemente unas décimas y ya no puedes optar a esa carrera con la que llevas soñando 12 años, si ocurre eso ¿para qué habrán valido todo el esfuerzo y el estrés que te ha supuesto ese curso? Para nada, para eso habrá servido.
   Dejando todo esto atrás, si alguno de los que leéis esto estáis estudiando 2º de Bachillerato, no os alarméis al igual que lo hago yo, pensad en que si os esforzáis, lograréis entrar en esa carrera que tanto deseáis, que tanto os gusta. Al menos es lo que hago yo para que no me desborde todo esto.

sábado, 1 de enero de 2011

Nuevo año.

Uno de enero de 2011, si estáis leyendo esto es que ya habéis comenzado un nuevo año y, en este caso, una nueva década. Estos últimos días del 2010 he estado planteándome cosas referentes a mi vida como mi futuro, mis estudios, el nuevo trabajo de mi padre que le hará cambiarse de ciudad, mi nueva manera de pensar, nuevos amigos que han entrado en mi vida, otros que han salido de ella... y en resumen me he dado cuenta de que este año no ha sido muy bueno y de que debo cambiar radicalmente mi vida. Necesito enfocar mis prioridades, necesito tener claro quien soy y quien quiero ser, necesito saber de quien me puedo rodear y de quien no, y siendo sincera (que es algo que me caracteriza) aun no he conseguido llevar a cabo ninguna de estas cosas, por lo que espero conseguirlo en este nuevo año que empieza. Procuraré rodearme de personas que merezcan la pena, procuraré consgeuir que la gente esté a gusto conmigo y sobre todo, procuraré ser feliz. En doce meses os contaré como ha ido este año, si he conseguido aprobar la sele, si he conseguido entrar en esa carrera con la que llevo soñando doce años, si he conseguido adaptarme a mi nueva vida en Madrid (cumpliendo mi gran sueño) y si he conseguido ser feliz.