jueves, 28 de julio de 2011

I wanted it all.


Aunque me cueste reconocerlo, soy una persona caprichosa. Sí, de esas que consiguen todo lo que quieren y que hasta que no lo hacen no paran. Soy de esas personas que luchan por lo que quieren y que no admiten un no por respuesta. A lo largo de mi vida si quería una cosa siempre la he conseguido de manera rápida y sencilla, quizá porque soy hija única y mis padres siempre han querido verme feliz costase lo que costase. Con el tiempo he aprendido a base de tropiezos que en esta vida, por mucho que duela, no se puede conseguir todo. El dinero no cae del cielo, ni se multiplica dentro de tu cartera. Cuesta ganarlo mucho, mucho tiempo y demasiado esfuerzo como para que yo lo vaya malgastando continuamente. Esto me ha llevado mucho tiempo reconocerlo y hoy lo he aprendido de vez. Llevaba demasiado tiempo preparando un viaje que finalmente no va a poder realizarse en el tiempo que tenía previsto; me ha fastidiado, por supuesto, y sobre todo por el hecho de no conseguir aquello que me proponía. Pero me he puesto a reflexionar, y con la ayuda de grandes amigas, me he dado cuenta de que la vida es demasiado corta como para ponerme a llorar porque una cosa no me salga bien. Para mis dieciocho años, tengo muchas cosas que mucha gente de mi edad no puede permitirse y creo que no las valoro suficiente. Mi padre ha cambiado de ciudad (exactamente 2.300 km al sur) para ganar más dinero y permitirme a mí más cosas, es decir, caprichos. Cosa que hasta hoy no he valorado lo suficiente. Soy una adolescente consentida, ¿y qué? eso es lo que diría hace 24 horas, pero ahora os digo: sí, lo soy pero me ha traído muchos problemas. He llorado muchas veces sin motivo, me he enfadado y he contestado a mis padres sin explicación, sólo porque algo que quería en vez de tenerlo el lunes lo tenía el miércoles y todo por mis insoportables caprichos. Ahora os puedo decir, sin opción a equivocarme, que cuando no obtenemos lo que queremos es por algún motivo, y que pronto se solucionará y nos vendrán cosas mejores. Por ello, valorad lo que tenéis y lo que vuestros padres hacen por vosotros.

miércoles, 27 de julio de 2011

Forever young.


He aquí una de las mayores verdades de mi vida: no quiero crecer, quiero ser una adolescente toda mi vida. A muchos esto les parecerá una locura, pero se que hay muchos otros que comparten este sentimiento de Peter Pan conmigo, porque seamos claros, ¿a quién le gusta tener responsabilidades?, ¿a quién le gusta tener cada vez más años?, ¿a quién le gusta tener a alguien que dependa de ti?, ¿a quién le gusta trabajar? Creo que nadie ha respondido afirmativamente a estas preguntas, o lo espero. Personalmente he encontrado la edad ideal para estancarme: los dieciocho. Considero que es la mejor etapa: último curso escolar, el mejor verano del mundo, mayoría de edad, etapa pre-universitaria... Aunque a esta edad vivamos el curso más complicado de todos aprendemos a enfrentarnos a nuestros miedos, a conseguir lo que nos proponemos, a luchar por ser los mejores en todo, a no desistir cuando estamos cansados, pero sobre todo aprendemos a valorarnos a nosotros mismos y a saber escoger a quien merece la pena tener a nuestro lado y a quien no.
  Me gustaría ser joven siempre, disfrutar continuamente de la vida de estudiante (que tenemos que reconocer que es la mejor), no tener preocupaciones lo suficientemente importantes como para quitarme la sonrisa, vivir sólo por vivir, sin ir más allá de eso.
  Muchos dicen que los mejores son los que mueren jóvenes, como por ejemplo el famoso "27 Club". Puede que estos jóvenes hayan muerto por abusar de las drogas, cosa que está tremendamente mal, pero por lo menos han disfrutado al máximo de su corta vida, aprovechando cada minuto que tenían a su alcance. Con todo esto no estoy diciendo que disfrutar de la vida mediante el consumo de drogas sea algo positivo, es más, considero que es lo peor que puede hacer una persona. En resumen, la vida es corta y limitada, por eso ¿por qué no vivir siendo siempre joven?
 

miércoles, 13 de julio de 2011


Podría mentiros y decir que la felicidad está a la vuelta de la esquina, que todo en la vida se acaba solucionando y que no hay nada por lo que preocuparse, que todos lograremos ser felices eternamente tarde o temprano y que donde hubo fuego siempre quedan cenizas. Podría deciros que os enamoraréis y viviréis un cuento de hadas, que vuestro príncipe azul llamará un día a vuestra puerta para no irse nunca y que comeréis perdices con vuestro enamorado. Podría deciros muchas cosas más, pero todo sería mentira.

viernes, 1 de julio de 2011

¡Pásatelo genial, chui!


Dicen que la distancia hace el olvido, pero yo me opongo a esto (raro en mí). He comprobado en propia piel este dicho y puedo afirmar rotundamente que es mentira. Al otro lado de mi país, exactamente a 1,008 km se encuentra una de las mejores personas que he conocido últimamente, esa persona que veis arriba en la foto, Carolina. Caro me ha ayudado en millones de cosas sin que yo le pidiese que lo hiciera, sin que yo dijese nada ella estaba ahí, y lo seguirá estando durante mucho tiempo. Ahora se va a Boston durante 1 mes, y claro que echaré de menos hablar con ella cada día, contarle mis cosas y escuchar las suyas, pero la distancia es algo normal en nuestra amistad, por eso se que estemos donde estemos, yo en Canarias y ella en Boston, nuestra amistad seguirá siendo igual o mejor que antes. Pásatelo genial, chui y piensa que dentro de poquito estaré en tu querida ciudad Condal, pasando los mejores días de nuestras vidas. Por ahora sólo puedo decirte que gracias por estar ahí siempre y que disfrutes del sueño americano que te lo mereces más que nadie. ¡Te quiero mucho mucho mucho!

Skinny Love. (siempre que la escucho me acuerdo de tí)